martes, 24 de abril de 2012

El poder de la música para curar y aprender




La música cambia a las personas, y de forma literal: las habilidades de los músicos se corresponden con rasgos específicos en la actividad cerebral. Pero esto no es una sorpresa; los neurocientíficos saben de hace tiempo que cualquier tarea especializada deja su firma más o menos sutil en el cerebro. Más llamativo es un nuevo hallazgo norteamericano: las mismas áreas del cerebro implicadas en la percepción musical intervienen en el lenguaje y en tareas como la lectura.


MÓNICA SALOMONE | SAN DIEGO | 25 DE FEBRERO DE 2010
El trabajo de Nina Kraus, del Laboratorio de Neurociencia Auditiva de la Universidad Northwestern (Estados Unidos), sugiere que la formación musical mejora las habilidades lingüísticas y cognitivas tanto en niños normales como en los que tienen dificultades de aprendizaje.
Múltiples investigaciones han mostrado estos últimos años que los músicos tienen habilidades no estrictamente musicales, asociadas a un funcionamiento ‘superior’ de determinadas estructuras neurológicas, señaló Kraus ayer en la reunión de la American Association for the Advancement of Science (AAAS) en San Diego (Estados Unidos). "Estudios recientes han demostrado que el aprendizaje musical induce cambios neuroplásticos en el sistema nervioso", explicó Kraus, "que incluyen mejoras en el sistema de procesamiento sensorial y en la habilidad lingüística, una mayor sensibilidad a las emociones y mejor memoria de procedimiento y capacidad de discriminar la fuente del sonido".
A la vista de estas evidencias, Kraus se preguntó si el aprendizaje musical podría servir para tratar a personas con problemas auditivos, lingüísticos o incluso cognitivos, y se concentró en investigar la habilidad para detectar sonidos en un ambiente ruidoso. Los músicos son mejores que la media en esto último (por ejemplo, distinguen muy bien  instrumentos concretos en la orquesta), y se sabe que esta tarea interviene en el aprendizaje lingüístico: el niño debe poder escuchar bien a los demás mientras hablan. De hecho, se sabe que uno de los primeros síntomas en los niños con problemas de aprendizaje puede ser la incapacidad de extraer lo relevante del fondo sonoro.
Un mismo origen biológico
El trabajo de Kraus permitió identificar algunas de las bases biológicas de esta habilidad de los músicos, al detectar diferencias en una parte evolutivamente muy antigua del cerebro, el tallo cerebral. Y descubrió que los niños con problemas de aprendizaje y con autismo muestran alteraciones en esa misma estructura.
"El procesado sensorial del discurso está estrechamente vinculado con las habilidades cognitivas de los músicos"
"La experiencia musical puede aumentar nuestra capacidad de entender el discurso en un ambiente ruidoso", explica. "Hemos descubierto los sustratos biológicos de esta mayor capacidad en la actividad neuronal en el tallo del encéfalo. Por sorpresa, la respuesta de las neuronas en esta misma área es deficiente en niños con dislexia y autismo. Esto indica que el procesado sensorial del discurso está estrechamente vinculado con las habilidades cognitivas de los músicos. Saberlo puede ayudarnos a diseñar nuevas estrategias educativas y de terapia".
En cualquier caso, Kraus recomienda mejorar la formación musical de los niños, puesto que "tocar un instrumento puede ayudarles a procesar mejor el discurso en clases ruidosas e interpretar de modo más preciso las sutilezas del lenguaje y la entonación en la voz humana. La experiencia musical no sólo mejora el procesado de los estímulos sonoros”. En este sentido, sigue, su trabajo “muestra que años de formación musical también pueden mejorar la forma en la que se procesan el lenguaje y las emociones".
Recuperar el habla cantando
Además del trabajo de Kraus, Gottfried Schlaug, del Laboratorio de Neuroimagen, Música y Recuperación del Habla de la Harvard Medical School, presentó en la AAAS los resultados preliminares de su terapia con pacientes afásicos. Se trata de personas que en edad avanzada han perdido la capacidad de hablar debido, entre otras posibilidades, a infartos cerebrales. Schlaug mostró diversos casos en que los pacientes han logrado recuperar el habla con rehabilitación musical: a base de repetir frases sencillas como si fueran estrofas de una canción, los pacientes se pueden comunicar de nuevo e incluso algunos "pronuncian discursos cortos en público", explicó Schlaug.
La terapia partió de las observaciones, ya antiguas, de que muchos pacientes incapaces de hablar sí que pueden cantar canciones familiares, como 'feliz cumpleaños'. Y se sustenta sobre evidencias que muestran, como en el caso de Kraus, que música y lenguaje 'tiran' de áreas cerebrales muy a menudo solapadas. "La música es un estímulo muy complejo que involucra muchas partes del cerebro", explica Schlaug. Esto permite que, cuando se daña un área específica, las habilidades musicales pueden recuperarse mediante el estímulo intenso de otras. Y, por su vinculación con el lenguaje, el entrenamiento musical generaría la recuperación del habla casi como un efecto secundario.
Schlaug sospecha que la terapia no está  más extendida porque "los médicos no se sienten cómodos cantando con los pacientes", así como no es habitual disponer de terapeutas musicales especializados.
En la misma línea, Aniruddh Patel, del Instituto de Neurociencias de San Diego, también presentó en la AAAS evidencias de que el procesado gramatical del lenguaje y el aprendizaje para tocar un instrumento musical se solapan. Esto "apunta a nuevas formas de estudio y, tal vez, de tratamiento de disfunciones lingüísticas", señaló este experto.

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