Es es necesario renovar el encuentro entre
empresa y Tercer Sector, buscar “un nuevo reparto de responsabilidades” y establecer “un nuevo contrato social entre
empresa, sector público y una sociedad más activa”. Así se ha puesto
de manifiesto durante
la Jornada ‘La Cultura del Encuentro: Sociedad Civil, Tercer Sector y Cohesión
Social’, organizada este martes en CaixaForum por la Fundación Grup Set
y la Plataforma del Tercer Sector, en colaboración con la Obra Social “la
Caixa”.
La elaboración
de las conclusiones ha sido realizada por el presidente del Círculo de
Economía, Antón Costas, quien ha
incidido en la necesidad de renovar este encuentro entre empresa y Tercer Sector
y ha señalado la necesidad de acabar con la cultura empresarial de búsqueda del
valor para el accionista a corto plazo, que el Estado siga teniendo un papel
fundamental en la cobertura de derechos fundamentales, y que la sociedad cumpla
una función de innovación y empoderamiento.
Durante
la inauguración, el director ejecutivo de la Obra Social “la Caixa”, Jaume Lanaspa, ha subrayado como
grandes retos de la sociedad de hoy, la equidad, la diversidad, la longevidad y
la sostenibilidad, así como la gestión de la diversidad, o la lucha por la
igualdad. Frente a estos retos, la mejor fórmula es, en su opinión, “conseguir
una sociedad que ofrezca medios dignos a sus ciudadanos”.
Desde su
punto de vista, hay motivos para la esperanza en lo que respecta a “la utilidad
y fecundidad del trabajo conjunto” y ha insistido en que el ámbito empresarial
y las entidades sociales “pueden converger en objetivos, sensibilidades,
preocupaciones y en la búsqueda de resultados a favor de las personas”.
Asimismo,
la presidenta de Fundación Grupo Set, Adela
Subirana, se ha referido a las desigualdades socio-culturales existentes en
la actualidad y ha señalado que “lo que nos hace iguales es la mirada al otro,
lo que implica comprender al otro”, y ha apostado por “intentar despertar la
solidaridad de la sociedad”.
Además,
se ha referido al nacimiento de la Plataforma del Tercer Sector hace ya dos años,
“dando esperanza a gente sin futuro” y “adquiriendo una voz común” y “poder en
el desarrollo de la economía global del siglo XXI” aunque, ha insistido,
requiere la ayuda de los poderes públicos. Así, ha subrayado que el Tercer
Sector aporta el 8% del PIB laboral en España y el 10% en Europa.
En esta
línea, el
presidente de la Plataforma del Tercer Sector, Luciano Poyato, ha asegurado que el mundo actual está
cambiando muy rápido y esto exige esfuerzos compartidos que pasan por una
necesaria alianza entre empresa, ONG, y universidad para fomentar una sociedad
más “justa, igualitaria y sostenible”. “Necesitamos nuevos modelos que
garanticen todo lo necesario para que las personas podamos tener y una vida
digna”, ha dicho.
Según ha
destacado, “existe una voluntad ciudadana que toma las riendas, que decide lo
que quiere y cómo y cuando lo quiere y el Tercer Sector es protagonista de este
nuevo tiempo”. También se ha referido al empleo que generan las entidades
sociales, el número de beneficiarios a los que atiende, su papel clave en el
desarrollo económico y social del país y ha insistido en que las ONG “aportan
un modelo de gestión que ha dado resultados en momento de crisis y hay que
ponerlo en valor”.
La primera
conferencia de la Jornada ha sido la del psiquiatra, profesor y escritor Luis Rojas Marcos, quien ha asegurado
que la salud es “el estado completo de bienestar físico, psicológico y social”,
una definición que es adaptable al concepto de bien común. Desde su punto de
vista, las poblaciones más solidarias viven más y mejor y poseen un nivel de
tranquilidad que fomenta la productividad, la creatividad y la resiliencia. La
comunicación entre las personas, las relaciones personales, el concepto
positivo que una sociedad tenga de sí misma, o el optimismo fomenta su
capacidad de superar adversidades.
Rojas Marcos
ha señalado que “cuando hay conexión y comunicación entre los miembros de un
grupo hay más empatía” y “ésta es la fórmula más importante de promover el bien
común”. También ha apostado porque la empresa “busque una razón de ser más allá
del producto y sus beneficios también ayuden a promover el bien común”.
Durante el
debate posterior, Adela Casademont,
presidenta de Casademont S.A., ha afirmado que las sociedades son cambiantes “permanentemente”
y las empresas “tienen que adaptarse y visionar el futuro”. Así, ha defendido
la figura del empresario, quien, ha dicho, “arriesga y quiere devolver a la
sociedad parte de lo que gana”.
Sebastián Mora, secretario
general de Cáritas Española ha afirmado que el bien común es un concepto
normativo, “al que aspiramos como sociedad”. Desde su punto de vista, la
cultura del encuentro “tiene que ser la del cambio y la transformación radical,
desde el clamor de la injusticia”. “No se trata de más empresas con más
responsabilidad social o entidades sociales con más acciones sino de empresas y
organizaciones distintas”, ha dicho.
Según ha
señalado, en estos momentos de crisis las entidades sociales han rescatado a
las personas, mientras el Estado ha rescatado a otras instituciones y ha
lamentado que las organizaciones sociales estén siendo en muchos campos
sustitutos del Estado, “que no puede renunciar a ser garante de los derechos
ciudadanos”.
Mora se
ha referido también, ante preguntas del público, a la reforma de la ley de
subvenciones que prepara el Gobierno y ha pedido que se trate al Tercer Sector
como entidades con sus particularidades y ha confiado en que el anteproyecto de
ley recoja los cambios necesarios.
También Fernando del Rosario, vicepresidente de
Cruz Roja Española, se ha referido al anteproyecto de ley de reforma de la Ley
de Subvenciones, que, ha dicho, “obliga a las entidades sociales a ser
financiadoras de una acción de debería hacer el Estado”.
Del
Rosario ha asegurado que “existe una gran brecha entre el mundo que tiene
aseguradas las necesidades básicas y aquel en situación de desesperanza” y que
el papel de las ONG es “ayudar para que cada persona sea protagonista de un
crecimiento personal”.
COOPERACIÓN ÉTICA
La
segunda ponencia del día ha sido la impartida por Adela
Cortina,
catedrática de Ética y Filosofía Política de la Universidad de Valencia, quien ha explicado
que los tres sectores que componen la sociedad civil, el político, el económico
y el social, “tienen que trabajar de la mano”. El sector político, ha señalado,
“se tiene que ocupar de que los derechos de los ciudadanos estén satisfechos y protegidos”;
el nivel económico, “tiene que asumir su responsabilidad en la creación de
riqueza”; mientras que el sector social “debe ocuparse del bienser y bienestar
de las personas” y realizar “tareas de suplencia” cuando el Estado no la hace,
pero, ha matizado, “su aspiración es denunciar, innovar y empoderar a las
personas”.
Para
Cortina, la cooperación entre estos tres sectores debe ser “una colaboración profundamente ética” y no
“cosmética”, que ha definido como “aparente” y consistente en que la empresa
trata de maximizar su beneficio para el accionista a corto plazo, mientras que
la entidad social “busca una ayuda económica y la acepta tapándose la nariz
para poder llevar a cabo su tarea”.
La
cooperación ética es, en su opinión, aquella en que la empresa tiene que reconstruirse
desde dentro, a través de una responsabilidad social como herramienta de
gestión, como medida de prudencia y como exigencia de justicia, mientras que las
organizaciones solidarias tienen “una tarea de crítica, asesoramiento y ayuda”.
“Una buena empresa es una empresa ética que piensa en las expectativas
legítimas de todos los afectados y trata de satisfacerlas y con ello genera
aliados”, ha puntualizado.
En la
mesa redonda posterior, ha participado el presidente de Garrigues, Antonio Garrigues, quien se ha referido
a la existencia de una sociedad civil poco desarrollada en Europa y a un
aumento de la desigualdad social, mientras el sector público “deja de hacer una
gran parte de lo que hacía”. En esta línea, se ha preguntado “quien va a cubrir
ese hueco social si el Tercer Sector no tiene medios”.
Así, ha
señalado que en este punto la cooperación entre empresa y Tercer Sector es aquí
fundamental pero en ella “cada uno tiene que asumir sus responsabilidades” y ha
subrayado la importancia de la ética, que, ha dicho, “es rentable y permite la
sostenibilidad” y una empresa que “no es ética si no es sostenible”.
También
se ha referido a aspectos que el Tercer Sector debe mejorar como la “atomización
y la excesiva financiación pública”, la necesidad de una mayor transparencia, “comunicar
mejor sus necesidades y darse a conocer de forma más profunda”.
Garrigues
ha destacado también la necesidad de una ley de mecenazgo “porque su retraso
genera una anormalidad legal difícilmente explicable”, ha señalado.
Rafael de Lorenzo, secretario general del Consejo
General de la ONCE, ha asegurado que una de las reivindicaciones de la
Plataforma del Tercer Sector es el diálogo y el entendimiento con el mercado y
las empresas porque “solos no vamos a
poder dar respuesta a los problemas sociales actuales”. Por ello, ha apostado
por buscar elementos de entendimiento pero “en condiciones de simetría y
respeto y de igualdad en las posiciones de interlocución”.
El reto es
conseguir una sociedad “que garantice niveles razonables para una vida digna de
todos los ciudadanos” bajo el concepto de dignidad y, para ello, además de las
alianzas éticas hace falta, en su opinión, un cambio de los comportamientos
individuales y de los grupos humanos. Además, desde su punto de vista, las
instituciones del Tercer Sector tienen que buscar el entendimiento con empresas
e instituciones públicas y mejorar en “eficiencia, transparencia y apertura”,
al tiempo que ha lamentado que desde la empresa se haga, en ocasiones, “un
discurso cosmético del mecenazgo y la responsabilidad social”.
Sin embargo,
ha dejado claro que “poco se puede hacer” si desde el escenario de lo público
se recortan derechos sociales, la reforma de la ley de subvenciones “aparece como
espada de Damocles sobre el sector” y se producen recortes en el 0,7% del IRPF.
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